Como siempre, lo más noble y elevado que existe en este mundo, se transforma en chabacano y ridículo cuando llega a nuestro bendito país. No tienen más que pensar en todos los catedralitos de metafísica que han tenido que sacar de los calabozos de la policía de Baleares los cónsules británicos o, más recientemente, los ingenieros alemanes y escoceses que inundaron de vómitos las calles de Sevilla con ocasión de la final de la Liga de Europa de Fútbol. A Pegasus también le ha ocurrido, en este país se ha convertido en una especie de Rocinante, tal y como lo describió Cervantes, con "más cuartos que un real y más tachas que el caballo de Gonela". Desde luego, Marruecos robó información de los teléfonos del gobierno para allanar el camino que ha convertido a Pedro "el hermoso" en súbdito de su graciosísima majestad alauí. Pero, antes de eso, entidades más poderosas que la casa gobernante de nuestro vecino del Sur, ya lo habían utilizado para fines más aviesos y retorcidos. Con Pegasus, con su versión de prueba o con un Rocinante, copia barata o ilegal como las que aquí utilizamos para todo, se extrajo información de un teléfono con contenidos extremadamente sensibles para la seguridad nacional y los intereses patrios fundamentales: el del presidente de la Real Federación Española de Fútbol. De él salió el supercopagate, la filtración de conversaciones entre el ínclito Luis Rubiales y el no menos extraordinario líder patrio por naturaleza, Gerard Piqué. Los audios no tienen desperdicio. "Rubi" y "Geri" se escriben con tal acaramelamiento que no debe extrañarnos que el matrimonio de Piqué con Shakira comenzara a hacer aguas. Geri quería ir con la selección sub-21 a Qatar, para así poder verse a solas y Rubi hizo todo lo posible por conseguirle el billete gratis. También quería trato de favor para el club de fútbol que preside, gestión que Rubi realizó sin necesidad de que Geri insistiera. O como ha resumido el Sr. Piqué en su comparecencia pública… a través de redes sociales y youtubers varios: "Yo nunca le pedí nada a la Federación". Pero las llamas de este apasionado romance llegan a su culminación cuando ambos se confabularon para que la Supercopa de España se celebrara en… Arabia Saudí. Ya se sabe, si alguien saca contenidos con derechos de autor de sus cauces comerciales, eso es robo. Si LaLiga quiere llevarse partidos a Miami, eso es expolio. Pero si la Federación se lleva partidos lejos de los aficionados, eso es defender el interés público de nuestro país. ¡Con qué delicadeza planean los detalles! ¡Con qué amor defienden sus respectivas comisiones! ¡Con qué despecho delata Geri a todos los que se oponen a su relación para que Rubi tome nota y les pase factura! A uno se le saltan las lágrimas de emoción cuando Geri, el mismo Geri que votó en el referéndum ilegal de independencia de Cataluña para liberar al sufrido pueblo catalán del exterminio al que lo condena la invasora corona de España, no duda ahora, para salvar su relación con su Rubi, en apelar al rey, "al rey emértio, ¡eh!", para que intervenga ante las autoridades saudíes. Llegó a ponerse en contacto con el tirano invasor, pero éste parece que rechazó intervenir en tan hartera componenda... que iba a rentarle una comisión pírrica. Lo hemos tenido esta semana por aquí. Alguien le preguntó que si pensaba dar explicaciones de todo el dinero que se ha ido llevando calentito y él, entre risas, respondió: "¿explicaciones de qué?" ¡Qué campechano es!
"Traidor" llaman ahora los independentistas a Piqué. No, traidor no, enamorado, enamorado de los 24 millones de euracos que se va a llevar de comisión. Piqué es un independentista de verdad, de los de corazón, de los que darían cualquier cosa por la patria catalana… menos dinero a fondo perdido. El independentismo no es una ideología, ni el españolismo, ni ningún nacionalismo. Son otra forma de hacer negocios. Piqué siempre lo ha dicho, se puede ser independentista y jugar con la selección española, se puede ser independentista y hacer apaños con la Real Federación Española, de hecho, hasta se puede ser independista y afirmar "yo trabajo para los saudíes". ¿Por qué, no? Al fin y al cabo es lo mismo que hacen Puigdemont, Junqueras o Forcadell, pregonar a los cuatro vientos la necesidad de una Cataluña independiente mientras haya mercado internacional para vender semejante humo.
El ultrajado Luis Rubiales salió a la palestra exigiendo responsabilidades por la filtración de esos whatsapps. Llegó al cargo defendiendo los valores, la integridad, creó una comisión ética, por encima de todo, ama el fútbol, el fútbol de verdad y no el dinero, y ahora manchan su honor con semejante trama de espionaje, con el golpe de estado que urdió en la asociación de futbolistas, con el incremento de sueldo que le supondrá el contrato amañado por Piqué, con la dimisión en bloque del comité de ética, ¡qué calumnia! ¿Cómo puede alguien agenciarse de la información contenida en su móvil? ¿con qué derecho se inmiscuye alguien en las conversaciones privadas de un cargo público de primera magnitud? ¿cómo han osado hacerle a él, Rubiales, lo que él hacía con todos y cada uno de los cargos, deportivos o no, que lo llamaba por teléfono, que hasta tiene grabaciones de cuando un ministro le preguntaba que si iba a estar en casa? A la directora del CNI la destituyeron "por el espionaje al gobierno" (es decir, al que gobierna el país desde Barcelona). A Rubiales no se han atrevido a pedirle la dimisión. Unos dirán que, claro, que Paz Esteban era una mujer en un florero llamado CNI, mientras que Rubiales, como los jefes de las fuerzas de seguridad del Estado y el presidente de la asociación de bares, quiero decir, los poderes fácticos de este país, son hombres. Tal vez sea así, pero hay otras dos poderosas razones por las que el gobierno de Pedro "el hermoso" no ha pedido la dimisión de Rubiales. La primera es para no hacer sucumbir la nación a "oscuros poderes", que, desde luego, no son ni su graciosísima majestad alauí ni su muchísimo más graciosa casa de Saúd, sino LaLiga profesional de fútbol, enemistada a muerte con la Federación, el Consejo Superior de Deportes, el gobierno de España, la FIFA, la UE y cualquiera que se atreva a recordarles que, algún día, deberían ir pagando todas las deudas que tienen. La segunda, más importante, es que Luir Rubiales ostenta la presidencia, el poder efectivo sobre el único asunto que preocupa a todos y cada uno de los ciudadanos de nuestra amada Patria: el furgo.