Si construimos unos ejes de coordenadas en cuya abscisa figure el tiempo y en su ordenada la productividad, velocidad de evolución o número de invenciones que ha generado, observaremos que la trayectoria de los sistemas tecnológicos, pero también de los organismos vivos, sigue una curva en S de este tipo:
Altshuller, G. S. Creativity as an Exact Science |
En su infancia (segmento 1), el sistema técnico se desarrolla muy lentamente, llegándose a un punto (α) en el cual se alcanza un primer pico de creatividad, con soluciones que pertenecen a los niveles 4 ó 5 en cuanto a creatividad. A un inventor se le ofrecen en este período múltiples oportunidades, pero debe armarse de paciencia porque el desarrollo hasta el punto α puede resultar extremadamente lento. A este segmento pertenecen la mayor parte de los “inventores heroicos”, creadores que adquieren una imagen de unicidad en su campo, luchando contra las circunstancias y que, con frecuencia, reciben poco o nada a cambio de sus esfuerzos. A partir de este punto α, comienza la implementación industrial, se multiplican los beneficios, pero el nivel inventivo disminuye sensiblemente. El esfuerzo se centra en eliminar pequeñas fallas o en la optimización en forma de pequeñas mejoras marginales pues cualquiera de ellas trae un ahorro sensible y una ventaja competitiva. Los inventos simultáneos menudean hasta alcanzar β (segmento 3), momento en que ya no puede seguir expandiéndose el campo de la nueva tecnología por el simple procedimiento de mejorarla trivialmente. Para una auténtica mejora, se requiere alcanzar nuevos máximos de creatividad, pero tal esfuerzo ya no vendrá recompensado por otra explosión en su uso, sino que éste va a crecer de un modo más pausado. Con frecuencia, la posibilidad de seguir trabajando en la misma línea viene acompañado por una invención de nivel 4 ó 5, que crea un nuevo sistema tecnológico (B), el cual comienza su lenta ascensión, mientras que el anterior (A), crece de un modo pausado hasta iniciar su curva de desconexión a partir del punto γ.
El conocimiento de las tendencias de los sistemas técnicos en general y de la curva en S en particular, tiene un profundo significado no ya para los negocios sino para cualquier disciplina con necesidad de prospectiva, especialmente si, como hemos venido señalando, no se refiere en exclusiva a sistemas tecnológicos sino a “sistemas de interacción”. Aún más, con esta herramienta en la mano, podemos predecir el punto en que aparecerán nuevos problemas y la travesía de los mismos, todo ello generado por herramientas susceptibles de crítica y discusión y no por las estimaciones subjetivas de los expertos de turno. Por supuesto, la clave reside en saber en qué momento del desarrollo nos encontramos. TRIZ considera que el número de patentes por año referidas a la función primaria del sistema constituye el criterio último para determinarlo. Como ya hemos señalado, el tránsito por el punto α marca el momento en que la cantidad y, sobre todo, la diferencia cualitativa entre las patentes disminuye de un modo drástico. El paso por el punto β, indica el declive definitivo en el número de patentes. En concreto, si detectamos que el sistema no ha llegado al punto α, la primera cuestión a plantear reside precisamente en dónde se encuentra ese punto α. Altshuller señaló que no se puede predecir la llegada a él observando únicamente la evolución de los sistemas sino que hemos de prestar atención al sistema al que viene a reemplazar, que actúa como obstáculo para que el nuevo desarrollo alcance ese punto. Si el sistema ha pasado del punto α, pero no ha llegado al punto β, la cuestión consiste en determinar cuáles pueden considerarse los niveles 2 y 3 de invención referidos a ese sistema, quiero decir, qué mejoras en términos de optimización puede lograrse, lo cual, de modo general, no cuesta demasiado esfuerzo, pues los límites físicos suelen ofrecerse siempre con claridad meridiana. Finalmente, si el sistema ha atravesado el umbral β, la búsqueda de mejoras debe centrarse en el hallazgo de un nuevo sistema, quiero decir, uno cualitativamente nuevo, pues el anterior ha llegado ya a su agotamiento.