- Buenas tardes, doctor.
- Buenas tardes, siéntese y cuénteme qué le ocurre.
- Pues verá, doctor, hace unos catorce días comenzó a molestarme la garganta, eso derivó en un resfriado que me ha durado unos diez días del que me estoy recuperando, pero vuelvo a sentirme la garganta irritada.
- Nombre y apellidos.
- Luna Alcoba, Manuel.
- Veamos, estuvo aquí en febrero por dolor de garganta, malestar general y mocos abundantes.
- ¿Febrero? No recuerdo. Es posible, la verdad es que se trata del quinto resfriado que he tenido en este año.
- Puede ser una alergia.
- Sí, bueno, verá doctor, no es la primera vez en mi vida que tengo más de tres resfriados en un año. En otras ocasiones ya me han hecho pruebas de alergia y nunca me salió nada.
- ¿Tiene mal cuerpo?
- Pues no, la verdad es que con este resfriado no me ha llegado a ocurrir.
- ¿Picor de ojos, de garganta?
- No. La garganta me molesta y en ocasiones siento punzadas en el oído izquierdo.
- ¿Tiene moco abundante en forma de agüilla?
- No, los mocos que tengo son espesos, se podría cazar moscas con ellos.
- Bien, le vamos a hacer un análisis de sangre a ver qué sale. Si los leucocitos están alterados será una alergia. Vamos a ver esa garganta. Póngase ahí.
“¡Ah, es verdad! - pensé entonces - Me ha mandado un análisis de sangre sin ni siquiera mirarme la garganta”.
Me miró la garganta y los oídos.
- Pues tiene la garganta bastante irritada.
“No, si es que tenía que haber empezado explicándole eso”, pensé.
- Bueno, le voy a mandar una emulsión que contiene paracetamol para el mal cuerpo y un antihistamínico para el agüilla de la nariz.
“¿Y contra el embarazo no me va a mandar nada? Como tampoco lo tengo...”
- También le mando unas gotas para la nariz que sirven para la otitis media que puede estar padeciendo. Se me hace el análisis de sangre y vuelve por aquí en unos días.
- Pues muchas gracias, doctor.
En la farmacia descubrí que nada de lo que me había recetado lo cubría el seguro, 35€ del ala me dejé allí. Al llegar a casa leo los prospectos de lo que me ha mandado. En efecto, una emulsión “con sabor a chocolate”, según consta en la caja y “unas gotas para la nariz” que resulta ser un inhalador indicado contra la rinitis alérgica. 35€ tirados a la basura porque, desde luego, no me iba a tomar nada de aquello. Rebuscando por el botiquín de casa me encontré una caja de antibióticos sin usar. Apenas me tomé la primera dosis mi garganta mejoró. Al cabo de tres días había recuperado su estado natural de ser.
La próxima vez iré a un curandero muy bueno que me han recomendado. No es que yo crea en los curanderos, pero, por lo menos te escuchan.
Menos mal que era un médico de pago.
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