domingo, 1 de marzo de 2020

Mal empezamos (1 de 2)

   Es norma de cortesía en política no comenzar las labores de acoso y derribo contra un gobierno hasta transcurridos, al menos, cien días desde su constitución. Esta norma suele respetarse, con mayor o menor rigor, dependiendo de las circunstancias. De modo general, se sigue si el principal partido de la oposición ha perdido las elecciones y, desde luego, no por cortesía, sino porque suele ser el tiempo que tarda en depurar responsabilidades por la derrota y tener nuevas caras que asuman el discurso crítico. Por contra, si el partido que no ha conseguido gobernar se halla cerca de hacerlo o si, como es el caso, el partido en el gobierno lo ha logrado por una coalición en el alambre, rara vez suele esperarse tanto tiempo. En ocasiones, como le ocurrió a Churchill, la propia toma del poder corre paralela a un desastre y, apenas sin tiempo para sentarse en la poltrona, tiene que afrontar una tragedia como la de Dunkerque. Cosa muy parecida le ha ocurrido a Pedro “el renacido”.
   El 8 de enero de este venturoso 2020 Pedro y Pablo formaban un gobierno al que muchos conocen como el gobierno Picapiedra, pues la popular serie de dibujos animados de los años 60 The Flintstones, la protagonizaban en España dos cavernícolas con dichos nombres. Once días después, ya tenía en Barajas su particular Dunkerque. Aterrizaba allí un avión fletado por el gobierno de Venezuela en escala técnica hacia Turquía. Lo esperaba a pie de pista el Ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, D. José Luis Ábalos. La primera versión oficial señalaba que su presencia se debía a que en el avión viajaba el Ministro de Turismo venezolano, Félix Plasencia. Tras unas revelaciones periodísticas, el Sr. Ábalos admitió que también se hallaba a bordo la vicepresidenta de Venezuela, Dña. Delcy Rodríguez a la que la Unión Europea ha prohibido, junto a otros miembros del gobierno venezolano, pisar suelo europeo bajo amenaza de detención. Según esta nueva versión oficial, el encuentro revistió un carácter “casual” y el Sr. Ábalos, sorprendido por el hecho, se limitó a saludarla brevemente sin que la Sra. Rodríguez llegara a pisar suelo europeo, dado que no se bajó del avión. En una tercera versión oficial, la mantenida días después en el Congreso de los Diputados, se señalaba que el Sr. Ábalos, héroe de la Patria, había realizado una delicadísima tarea diplomática en la que, sin desagraviar al gobierno de un país en el que numerosas empresas españolas tienen presencia, había evitado el incumplimiento del mandato europeo. A falta de una medalla al mérito civil, la bancada Picapiedra brindó un sonoro aplauso a un modesto Sr. Ábalos que se declaró dispuesto a cualquier otro sacrificio que la nación le reclame.
   Apañados vamos si este gobierno necesita tres intentos para conseguir algo así como la versión que defendió en sesión parlamentaria. Experta en temas de comercio y ejerciendo un cargo relacionado en el área de las políticas exteriores tenemos a la Sra. González Laya, a la sazón Ministra de Asuntos Exteriores. ¿No confía el Sr. Sánchez en ella o es que tenía hora en la peluquería? Y si el Sr. Ábalos posee cualidades que no posee la Sra. González, ¿qué hace en un ministerio tan gris como el de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana? Por otra parte este gobierno cuenta con vicepresidencias suficientes como para afrontar tareas delicadas con personajes de su mismo rango, así que no hay más remedio que concluir que esta tarea no se le encargó al Sr. Ábalos en tanto que Ministro de este gobierno, que lo es, sino en tanto que número dos del PSOE, algo que también es. Da la impresión, pues, que al avión en el que no debía estar él ni la persona con la que se entrevistó, no lo condujo un asunto de Estado, sino de partido. Semejante impresión resulta la única conclusión imaginable si tenemos en cuenta que el Sr. Ministro no acudió al aeropuerto en ningún vehículo del ministerio, sino en el coche privado de uno de sus asesores. Pero esta conclusión, como digo inevitable, conduce a otra pregunta igualmente inevitable: ¿qué cuestión de partido podrían tener que dilucidar el Secretario de Organización del PSOE y la vicepresidenta de Venezuela?

No hay comentarios:

Publicar un comentario