domingo, 12 de enero de 2020

¿Qué significa "normalidad" en España?

   Cada septiembre, el Consejero/a de Educación de turno aparece en los medios de comunicación saludando el inicio de las clases con la admonición de que “el curso ha comenzado con normalidad”. En esas fechas hay colegios cuyos techos se caen, miles de alumnos/as tienen por aulas módulos prefabricados al borde de derrumbarse tras el primer empujón, la mayor parte de los centros no tienen las plantillas completas, no hay dinero suficiente para contratar más personal docente, de limpieza o de secretaría, las partidas para pagar la luz y el agua de los centros no están disponibles, etc. etc. etc. Para acabar con estos problemas, que en Andalucía son endémicos de la herencia socialista (y en otros lugares de España de la herencia  de otros), la alianza de gobierno popular-ciudadana-voceadora, ha hallado la solución: adelantar siete días la “normalidad”. 
   Una "normalidad" muy semejante ha dominado la formación del actual gobierno. Es “normal”, por ejemplo, que éste se base en una coalición, como lo demuestra que Europa esté llena de ellas. Como siempre, hemos llegado veinte años tarde a la moda de los gobiernos de coalición, desconocidos hasta ahora en nuestra democracia. Lo que no se entiende muy bien, si esto es tan “normal”, es por qué Pedro Sánchez, “el renacido”, se obstinó en no “normalizar” el país durante meses hasta el punto de forzar otras elecciones. Y, sobre todo, si uno da vueltas por lo que hay en otros países se da cuenta de que las coaliciones se constituyen para obtener mayorías suficientes para gobernar. En cambio, esta coalición tan “normal”, apenas si alcanza para vivir en un suspiro después de haber tenido que pactar hasta con el demonio para conseguir la veintena larga de votos que va a necesitar para sacar adelante cualquier proyecto de ley. 
   He aquí la estructura de un gobierno "normal": 18 ministros y ¡cuatro vicepresidencias! Más que un gobierno, esto parece una de esas empresas públicas que tanto abundan en este país y que tienen más directivos que empleados. De hecho, el nombre de cada vicepresidencia recuerda el memorandum de actividades de algunas de estas empresas. La vicepresidenta de “relaciones con las cortes y memoria democrática”, ¿qué ministerios tiene adscritos? ¿y el resto? ¿no tienen “memoria democrática”? ¿no tienen “relaciones con las Cortes”? Normal parece que al vicepresidente de “agenda 2030" se le saltaran las lágrimas tras la votación que daba luz verde a la formación de gobierno. Miraba a su pareja, la ministra de Igualdad y susurraba: “tenemos asegurado el pago de nuestra mansioncita”. Y la ministra de Igualdad le respondía entre sollozos: “ya no somos descastados”. Contemplando esta escena, la vicepresidenta de “reto demográfico” sonreía pensando: “seguro que estos van a por otra parejita”. Muy clara, sin embargo, está la vicepresidencia económica. Habrá quien sospeche que “el renacido” no se fiaba de su ministra de Hacienda, pero poner a dos personas para hacer lo mismo a mí me parece lógico después de que el mago Tamariz renunciara al cargo. Total, lo único que tienen que conseguir es un presupuesto "normal", que arroje un diluvio de dinero sobre Cataluña, que les ponga hilo telefónico a los de Teruel, que proporcione un aluvión de euros a las políticas sociales para que el vicepresidente del área tenga relumbrón, que recorte los 8.000 millones de euros que pide Bruselas y que supere un trámite parlamentario que va a dejar el de la formación de gobierno a nivel de pelea en el aula de parvulario.
   Por cierto, hablando del hilo telefónico de Teruel (de cobre, la fibra óptica no saben ni que existe), no puedo dejar de mencionar, dentro de esta "normalidad" que nos embarga, la que se ha montado en las redes sociales por la colaboración de Teruel Existe en la formación de gobierno. Hay quien ha amenazado con no ir a Teruel, quien ha propuesto boicotear sus productos y quien ha distribuido un mapa de España con Teruel tachada... Bueno, quien ha intentado distribuir un mapa con Teruel tachada, pero en el que, en realidad, aparecía tachada Cuenca. ¡Lógico! ¿cómo van a tachar Teruel del mapa de España si Teruel no existe? Y lo mismo lo demás, el que dice que no va a ir a Teruel, ¿ha intentado ir alguna vez? ¡A Teruel no hay manera de llegar ni aunque se quiera! A Ciudad Real uno puede llegar hasta en avión, pero ¿a Teruel? El último que intentó ir a Teruel acabó descubriendo América y después, claro, la historia se cambió para que Teruel siguiera sin existir. ¿Boicotear los productos de Teruel? ¿Acaso los productos de Teruel se importan a la península? Si estas pobres criaturas siguen viendo el Un, dos tres porque todavía no les ha llegado la TDT. Lo único que piden es una línea de ADSL al consistorio para que  puedan reunirse allí a ver algún partido de fútbol los días que no se coman los cables los mapaches. Pero las críticas a sus reclamaciones son muy reveladoras. Buena parte de los españoles no las han entendido, ya que consideran que Teruel también vive en condiciones "normales". Y ahora ya podemos atisbar qué significa "normal" en España. "Normal" es una palabra que se utiliza en nuestro país para designar lo que en otros países de nuestro entorno se considera precario.

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